Cuando te toco siento un roce tan intenso...tanto, tan fuerte que hasta se bruñen las yemas de mis dedos.
Tacto de bronce o de nylon, de madera. Cuando ajusto tus cuerdas, afinas mis sentidos.
Y comienzo a pasear mi mano izquierda por los trastes de tu puente, ese roce...mmm, tan placentero.
Y de repente regalas al aire y a mis oidos vibraciones llenas de la palabra sonido. Bellos sonidos.
Tantas son las maneras de acariciarte...arpegiando, en quintas, haciendo escalas de notas y acordes...rasgo tus cuerdas o las punteo. Y siempre coloreas todo cuanto te rodea con notas musicales...y bellos sonidos.
La eterna pregunta es...¿por que no habre acariciado tus cuerdas, y posado tu cuerpo lleno de curvas sobre el mio mucho antes?.
PD: Aun tengo que decidir (tras 12 años a mi lado), con que nombre bautizarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario